El Banco Mundial advierte una lenta recuperación de la economía mundial, después de la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008 en los Estados Unidos, de hecho los más poderosos fueron quienes soportaron contundentemente este embate que aún quedan secuelas en indicadores como desempleo el cual se ha vuelto difícil contrarrestarlo. Los análisis apuntan a un crecimiento moderado en este año, por ejemplo para los países industrializados será apenas del 1,8%, mientras que nuestras economías en vías de desarrollo tendrán un mejor comportamiento hasta llegar a cifras que bordean el 5,2%.
Esta crisis golpeo fuertemente a países de todo Europa oriental y occidental, Asia Central, África del Sur y Estados Unidos de América, con un impacto relativamente fuerte se menciona a economías de Asia Meridional, Medio Oriente y África del Norte, en tanto que con una relativa afectación a toda América Latina y el Caribe a excepción de Haití su crisis se profundizo porque sufrió el embate de un terremoto devastador.
Indicadores macroeconómicos alarmantes como desempleo llegaron a cifras escalofriantes del 20% anual (una de cada cinco personas sin trabajo), inversión extranjera directa con valores negativos (salida de capitales), remesas reducidas hasta en un 40%, exportaciones a la baja e incipientes crecimientos sectoriales dan fe de que la crisis aun persiste.
Los indicadores sociales son más contundentes, el estudio del Banco Mundial delata que esta crisis aumento la desnutrición porque entre 30.000 y 50.000 personas en todo el mundo pudieron haber muerto por ello en estos dos últimos años, los países pobres requerirán 50.000 millones de dólares adicionales de financiamiento para no profundizar la crisis y, lo más grave es que actualmente 64 millones de personas más cayeron en extrema pobreza es decir que subsisten con apenas 1,25 dólares diario.
El rebrote de esta crisis acrecentada este año por la caída de las economías griega y española, ha provocado que los gobiernos tomen precauciones e inicien una reducción de estímulos fiscales y monetarios con recortes paulatinos de los programas de ayuda social, a fin de evitar un recalentamiento y controlar la inflación que traería consecuencias inimaginables. Estados Unidos dio el primer paso, medidas que de seguro advierten una escases de capital el cual conjuntamente con la aversión al riesgo que mantienen las entidades financieras, nos pondrán en un escenario de incremento de tasas de interés internacionales es decir encarecimiento del crédito con dinero más escaso y costoso.
En este contexto, las perspectivas de América Latina estarán marcadas por el ritmo de recuperación de la economía de los Estados Unidos, sobre todo en países de alta dependencia como el caso de México en sus exportaciones y remesas, América Central y Caribe en remesas y turismo y Sud América por las remesas. En nuestro país a más de las remesas han sido afectadas también las exportaciones porque a la tierra del Tío Sam le vendemos el 28% del total de exportaciones.
ECON. DIEGO PROAÑO C, MG
ANALISTA ECONOMICO / CONSULTOR
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